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John Dunn Insua dunnarq@gmail.com @Ladrillazo 3 de junio, 2021 - 00h05
La comunidad de Cumbayá ha tenido una reacción contundente e interesante contra un proyecto inmobiliario que incomoda a los locales.
El proyecto implica un gran aumento de tránsito en el sector, que de paso cuenta con una topografía complicada y hasta insegura.
Según lo que entiendo, Botániqo ayudará a gestionar el tráfico de Cumbayá, por medio de la construcción de una Estación de Transferencia de Buses de Cumbayá, sacando de la calle principal como 900 buses que estacionan y recogen pasajeros de Tumbaco, Cumbayá, Pifo, Checa, Yaruquí, El Quinche, Quito y todo el valle .
US aportará a la comunidad la construcción de la estación y una hectárea de terreno cedida por el Proyecto Botániqo al Municipio, la misma que servirá a un total de 61.511 pasajeros diarios y permitirá descongestionar el Centro Histórico de Cumbayá, conectando con escaleras eléctricas cubiertas la estación con el parque central, y lo mejor de todo es que estará operativa en un plazo máximo de 36 meses desde el inicio del proyecto.
Además, recuperaran El Colector Escénico que conecta el parque y los barrios con el hospitales y centros comerciales, construirán un parque público peatonal y todo esto será parte del Circuito Cumbayá para ciclistas.
Todo eso es información pública de las redes oficiales del proyecto en cuestión.
Se trata de un plan habitacional de alta densidad, que se ha promocionado como un producto ambientalista, sostenible, cómodo y satisfactorio para sus futuros ocupantes.
Sin embargo, más allá de todos los peros encontrados en dicha propuesta, creo que el hartazgo de la gente está más en el modus operandi que esta promotora ha usado en todos sus emprendimientos, durante los últimos años.
Estimado John, una cosa es hablar de “modelo de negocio”, “forma de actuar” y otra cosa es decir “modus operandi”, frase que se usa para grupos delincuenciales, carteles de droga, etc. Me parece terrible que un editorial de su talla, publique tan bajo golpe en un medio de comunicación tan prestigioso como “El Universo”
En lo personal, más allá de las observaciones hechas sobre su impacto en el lugar, creo que es un proyecto feo, ubicado en un lugar para nada atractivo.
Gustos son gustos señor Dunn y lo feo es relativo, por ejemplo nadie opina de su peinado.
Quien esté dispuesto a endeudarse por década y media para vivir ahí, respirando el humo de los buses y soportando lo que será el nodo más conflictivo de toda Cumbayá, verá su ingenuidad tristemente recompensada.
Para que se entienda el impacto que tiene esta empresa inmobiliaria, imaginemos que en Guayaquil estuvieran en construcción –casi de manera simultánea– diez edificios, todos destinados a departamentos; cuatro de ellos comparables en altura con el edificio La Previsora. Me pregunto: ¿existe un mercado inmobiliario tan grande en la capital?
Estimado John, parece que el mundo editorial lo ha mantenido lejos de la construcción y mucho más lejos de las tendencias del sector.
Uno de los lugares con mayor demanda inmobiliaria del Ecuador es Cumbayá, y esta demanda la generan las personas que trabajan en los diferentes “business centers”, hospitales, empresas y servicios que se han establecido en ese sector por causa del Aeropuerto Tababela, así que si, Botániqo parece que será un éxito de ventas.
En otras partes del mundo, empresas con semejante capacidad de construcción se ven obligadas a emitir bonos para garantizar sus utilidades basadas en el aumento de las plusvalías a largo plazo. Usualmente, ese tipo de empresas suelen delatarse cuando se hace evidente el contraste entre la cantidad de departamentos que declaran como vendidos versus el número de estos que realmente se ven ocupados, sobre todo en la noche. El mejor ejemplo de ello lo tenemos en Ciudad de Panamá.
No todas, existen empresas serias y solidas cuya capacidad de construcción está respaldada ampliamente por una administración responsable y eficiente, por ejemplo US, por favor no generalice.
Sin embargo, tal como se suele decir en inglés, “you need two to Tango”. Para defender este tipo de proyectos, se nos suele aclarar que estas enormes construcciones están amparadas en resoluciones aprobadas por el Concejo del Distrito Metropolitano. Es más que evidente que lo ético está por encima de lo legal.
Son casi 50 años de trabajo honesto y legal creando espacios que las personas llenarán con sus vidas.
Cuidan bien a su personal y sus familias en tiempos de bonanza y tiempos de pandemia, tengo un par amigos “baldoseros” que en tiempos de Covid-19 sostienen no solo a su familia sino a tios, cuñados, y familia que se quedó sin trabajo.
Creo John que nada es más ético que esto.
La historia nos demuestra de manera reiterada que muchos abusos inmorales han sido permitidos y regulados por la ley. La esclavitud y la segregación por credo o raza son ejemplos no muy lejanos a nuestros tiempos.
¿Otra vez un golpe bajo?
Comparar el actuar de un constructor con el racismo o con la esclavitud es otra bajeza.
¿Por qué tanto odio?
Más que la aprobación en sí, deberían explicarse los criterios bajo los cuales se aprueban este tipo de proyectos. Adicionalmente, los beneficios que estos ofrecieran deberían sopesarse con los inconvenientes que pudieran causar. La responsabilidad no solo está en proponer, sino también en aprobar.
Me parece que los criterios están explicados y fueron aprobados públicamente, tanto por el Municipio de Quito como por las diferentes organizaciones comunitarias y Gads del sector el Tumbaco.
Permítame pedirle que haga bien su trabajo de investigación antes lanzar Ladrillazos.
Le dejo el video.
LADRILLAZO:
Bien por la ciudadanía quiteña, que ha hecho escuchar su hartazgo y ha expresado su voluntad a favor de un manejo serio y desinteresado de su ciudad y su futuro. Qué pena por el gremio de los arquitectos, que ha preferido callar, quién sabe por qué razones.
“Wer hoch steigt, der wird tief fallen” es un refrán alemán que significa “quien más alto escala, más profundo cae”. Tanto en la vida como en los negocios, es de sabios saber cuándo detenerse.
Ese tipo de pensamiento es el lastre que nos mantiene en el suelo, el miedo a “escalar más alto”, espero que usted pierda ese miedo y suba de nivel sus editoriales.
Ojalá con esta respuesta usted entienda lo que se siente recibir un Ladrillazo.